Básicos para entender un puro

Un puro es un producto que se realiza fuera de Cuba, mientras que el habano es una Denominación de Origen, que se adquiere cuando los puros contemplan la delimitación territorial dentro de Cuba y al estar avalado por el Consejo Regulador.

Además de Cuba, hay otros países que producen puros de buena calidad, como Nicaragua, República Dominicana, Honduras y México. Un puro está compuesto por tres partes:

  • Tripa: son las primeras hojas de tabaco, pueden ser tres o más y esto establecerá su grosor. La tripa contiene la fortaleza, combustión y aromas. Dependiendo de la zona de la planta de donde se seleccione la hoja, ésta tendrá características distintas: las hojas localizadas en la parte alta determinan la fortaleza del puro, pues su mayor exposición al sol les confiere mayor carga de nicotina.
  • Capote: es la hoja de tabaco que envuelve a la tripa, se coloca en un molde de madera que le da la forma al puro.
  • Capa: es una hoja de tabaco muy delicada que se coloca al final y que le aporta la imagen al puro, éstas suelen tener un cuidado especial.

Para su análisis sensorial, el puro se divide en tercios: El primer tercio es la parte que menos intensidad aromática posee, ya que es donde comienza la combustión. El segundo tercio es la parte céntrica y donde se localizan la mayor cantidad de aromas y sabores; mientras que en el tercer tercio, de menor intensidad organoléptica, se coloca el anillo que identifica al puro.

La vitola, es la suma de la longitud y el grosor del puro (cepo), los habanos, por ejemplo, ofrecen longitudes de entre 10 y 23 cm. A esto se le denomina formato, entre los que podemos encontrar robusto, toro, pirámide, belicoso, corona y doble corona.

La fortaleza es la columna vertebral de un puro, y podemos encontrar cinco niveles que comienzan con el suave hasta llegar al fuerte. Una buena elección debe partir de la resistencia que tenga el consumidor a la nicotina.

¿Cómo empezar con el puro?

El primer paso es el encendido, donde se busca una combustión en el puro sólo en la base de la circunferencia sin quemar la capa. Una varita de cedro ayuda a que los aromas sean más agradables, aunque se recomienda hacerlo con encendedores de gas butano para evitar un shock térmico.

El ‘corte’ es un tecnicismo, ya que únicamente se le retira la capa, un pedazo de tabaco que se agrega para proteger al puro. Existen distintos tipos de cortadores y su utilización depende del diámetro y la forma del cepo.

Se recomienda usar uno con doble navaja que ayude a no pellizcar el puro ni dañar la vitola. El puro estará completamente encendido una vez que la brasa cubra por completo la circunferencia.

Los maridajes van de la mano con la fortaleza de los puros y la graduación alcohólica del ron, para que ningún elemento opaque al otro, se debe buscar un equilibrio. Los aromas son muy importantes ya que estos determinan qué ron es el adecuado.

 


Con información del Excélsior

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