Todos hemos usado al menos una vez los emoticones de los changuitos, pero realmente tienen una historia.
Estos simpaticos changos que se cubren los ojos, la boca y las orejas tienen una reflexiva leyenda japonesa.
Las primeras esculturas de monitos son del siglo XIV y se encuentran en Japón.
Los monitos se llaman Mizaru (no ver), Kikazaru (no oír) e Iwazaru (no decir), los monitos estaban dedicados a Tokagawa, este tenía una gran devoción por los monos y llego a tener tres consejeros reales que pertenecían a esta especie.
Con el paso del tiempo la leyenda se integró a varios códigos morales y religiosos.