Los Premios Emmy 2022 obtuvieron una racha histórica de nominaciones para The Squid Game, la primera serie en idioma no inglés en obtener el mayor honor en la categoría de serie dramática. Al final de la categoría principal, la serie de Netflix ganó Mejor Director (Episodio 1) y Mejor Actor para Lee Jung-jae. Aquí hay un ganador.
Aunque no ganaron ningún premio importante, la llegada de la producción surcoreana a los Emmy supuso un reconocimiento oficial a la calidad para la televisión, dado el éxito arrollador del drama coreano. Bong Joon-ho ya lo había logrado en los premios Oscar de la industria cinematográfica con “Parasite” hace dos años.
No hay duda de que el K-pop y las bandas de chicos más exitosas de la actualidad se han apoderado de la industria de la música y, sin duda, de las redes sociales. Pero, ¿cómo sucedió, cuál es la filosofía detrás de cada producto y pieza coreanos y por qué esto es solo el comienzo?
El Hallyu o la la coreana
¿ocupación? Milagrosamente, en los últimos 10 años, el K-pop se ha convertido en un fenómeno global, generando actualmente un ingreso estimado de $5 mil millones. Pero lo increíble del K-pop no es el éxito del largo proceso de formación en sí, sino cómo hace frente a las barreras lingüísticas, idiosincrásicas e incluso estéticas.
La misma premisa se aplica a cualquier industria Hallyu o Hallyu domina el mundo en la industria de la música, así como en las industrias del cine, la televisión, la comida e incluso la belleza. Así que lo hacemos por partes.
El k-pop
Con el paso del tiempo, comenzaron a surgir diversos grupos exitosos que sirvieron de ensayo y error hasta que las agencias como SM Entertainment encontraron una manera de entender a las audiencias, y traducir sus deseos en vestuarios, coreografías, peinados, voces, letras.
Fue así como los idols, antes de lanzarse al estrellato, recibían durante años entrenamientos de medios, clases de canto y baile, idiomas (atendiendo a una audiencia en China, sobre todo), y todo lo que los convertiría en un producto listo para lanzarse el mercado con la certeza de que funcionaría mejor que el anterior.
Fue con el nuevo milenio que las agencias, con una fórmula perfeccionada, comenzaron a planear el salto al mercado internacional. Y es justo decir que esta batalla la comenzaron a pelear las bandas conformadas por mujeres, tales como las Wonder Girls.
Psy y el “Gangnam Style”
Fue en el 2011 que todo cambió para el k-pop y el mundo de la música. Ese año, la canción “I Am the Best” de 2NE1 comenzó a sonar en las radios de Estados Unidos. El primer paso, pero el definitivo fue en 2012 con Psy y el “Gangnam Style”.
¿En dónde radica el éxito de Psy a diferencia de las demás bandas y artistas? Psy, un rapero que había estudiado en una escuela de música occidental, cantando en su idioma, se alejó de la imagen perfecta del idol. Armó un video ridículo y utilizó un paso de baile gracioso.
“Gangnam Style” se convirtió en el primer video en YouTube en alcanzar las miles de millones de reproducciones, y de 2012 a 2017, fue el video más visto de la plataforma. Lo interesante es que la audiencia de occidente se rio con Psy, se interesó por Corea del Sur, descubrió de lleno la figura del idol (bella en comparación con Psy), y cayó rendida ante la perfección.
A partir de ahí, el camino ya es conocido con bandas como Blackpink y la mayor agrupación de k-pop que se ha visto, BTS. Esta segunda banda se convirtió en un fenómeno en 2017, y al año siguiente, colocó sus dos discos en el puesto número 1 de los charts en Estados Unidos, el Love Yourself: Tears y Answer.
BTS apareció en la revista Times, fueron a la Casa Blanca, han sido entrevistados por varios conductores de talk shows, generan tendencias diario en redes sociales… ¿Lo malo? Que aún así, el k-pop se mantiene en un estante distinto del resto del pop. Peldaños más arriba, pero en otro estante.
Los k-dramas
Actualmente hay un pico en el consumo de producciones para el cine y la telvisión, sobre todo esta segunda, que vienen de Corea del Sur. Los famosos k-dramas que nos muestran personajes estéticamente perfectos en condiciones graciosas y bonitas, pero no por eso menos emocionales.
Pero la industria surcoreana del entretenimiento lleva ya varios años tomando por sorpresa al resto del mundo. Fue en la década de los 90, de nueva cuenta, que la comunidad de Corea del Sur notó que lo más redituable no estaba en exportar autos o tecnologías, sino artistas e historias.
Fue así como dejaron de lado la censura, abrieron su comercio fílmico y televisivo, comenzaron a invertirle. De acuerdo con algunos artículos, el gobierno de Corea del Sur se puso la tarea de levantar la industria al invertir buenas cantidades de dinero para la infraestructura, de manera interna.
Y del otro lado, encontramos a las empresas privadas que también le metieron lana con vistas para ser exitosas fuera de Corea. Y así fue como surgieron los primeros k-dramas exitosos.
El streaming y el Juego del calamar
Los VHS y los DVDs ayudaron a los k-drama a alcanzar una audiencia aún más grande. Se sabe que Latinoamérica se convirtió en uno de los mercados más grandes, y en concreto, México fue uno de los que más consumieron los k-dramas.
Pero fue la era del streaming la que aumentó las apuestas y nos ha llevado a a este punto máximo en esta parte de la hallyu. Por ejemplo, Netflix invirtió en producciones de Corea del Sur, por primera vez, en 2018, y un año después estrenó su primera serie original titulada Kingdom, un drama zombie.
Con los años, los k-dramas apostaron por historias más arriesgadas, y es justo decirlo, que funcionaran más en Occidente, apegándose a algunos parámetros de la televisión estadounidense. Pero fue esa apuesta la que nos llevó a ver algo como El juego del calamar.
Esta serie costó poco más de 20 millones de dólares, pero por el total de horas acumuladas y demás, su recaudación se calcualría en 900 millones. ¡Una locura! Es, sin duda, la serie más vista en la historia de Netflix, viéndose beneficiada por la conversación en redes sociales.